Los últimos días gracias a mi nuevo trabajo he tenido la oportunidad de
observar de cerca a unos cuantos personajes de mi ciudad, entre el señor que
cuida un local histórico hasta la pelea entre las señoras del trabajo nocturno,
aunque muchas veces he logrado ver como se convierte en diurno.
La lucha entre los tres coneros del parque no puede faltar, hay que
ganarse esos clientes.
Cada quien en su mundo pero no hay quien pueda evitar prestarle atención
al mas famoso de los tres coneros que incluso a mi me dan vueltas en la cabeza,
tan pegajosas como el helado que lleva rodando toda la mañana en el gastado
carrito “jale y chupe, chupe y jale” “QUIERE CONO, SI HAY CONO” su elocuencia sobrepasa
a cualquier egresado de alguna universidad local de renombre y con cuenta
bancaria pesada (sin ninguna intención de ofender).
No puedo continuar sin mencionar a los chaines, lustres estos que no
han podido ver más allá de la bota frente a sus narices, ven de lejos y entre
cortado las noticias de la portada del periódico diario, para ellos no existe
más reflejo que el suyo en el zapato de un rico.
No tan lejos de los ellos están los ancianos que día con día van a ver
pasar el tiempo sentados en una banca helada, cualquier cosa es mejor que un asilo,
dejan pasar las horas como esperando que llegue el día cuando por fin dejen sus
cuerpos; se dejan dormir uno a uno o en grupos de tres, por allá, cerca de la
llavecita un par conversa sobre todos sus hubiera, hay quienes solo observan y
sabrá Dios qué pensará.
Las putas del pueblo, no me juzgue así dijo el viejo amargado de la
acera de la iglesia, solo son mujeres con necesidades, estomago y
circunstancias, se pelean un par de clientes, la de los tatuajes de sabrá ella
que cosa, se limita a ver con desprecio y de reojo a la flaca y mejor pagada,
la tilda de zorra, yo la escuché.
Pero usted despreocúpese también están las de la clase más… ¿Cómo les
digo? Más recatada pues, una pareja tomándose un café en la parte alta del
kiosquito justo en el centro del parque, arriba en todo, por eso del roce con
la gente de mala fama.
La madre que sale un rato de la rutina y sale a pasear con su pequeño
tratando de olvidar un rato a su machista marido, de un momento a otro va y la
busca llevándosela de los moños, nada detiene ni a los comerciantes ni al
tiempo, ambos corren con el viento.
Y entre todos estos, el trafico y los campanazos, el aroma del cafecito
cerca de la iglesia que logra matar un poco el hedor a los meados de quien sabe
quien, entre tanto están mis favoritos, los amigos del alcohol pero no les
digan así que a ellos no les gusta.
Pero déjenme contarles, ellos se encargan de que inhale a eso de las 8
de la mañana mi dosis de nicotina y mi buena parte de catrachito ¡que aromas!
La botella disque oculta, según ellos nadie los ve, yo lo hago, el
vasito con el jugo para mezclar, el fotógrafo arrimado, el de los papeles
debajo del brazo, el que no se mete con nadie pero cuida a todos. El de la mala
suerte, siempre se lo lleva la jura, ya es famoso en la estación, el amanecido
con la camisa del compa, hubo intercambio por eso de la doña, el patriarca del
grupo es el que consigue la marmaja para quitarse la goma, siempre el vasito
con juguito, siempre el catrachito, este es el de la coquetería, se ha encargado
de vigilarme, de ver cuando llego y cuando me voy, yo no sé pero él dice que me
ama, al menos lograré dejar un corazón ebrio y roto, roto porque me ama y me
ama porque ebrio.
En fin, todos ellos forman parte de mis días, hasta puedo decir que me
agradan, excepto la señora que sin motivos me dio un coscorrón, bien puesto.
Todos y ninguno se salva han sido esclavos de sus malas decisiones, de
las bromas de la vida o de una prueba sin superar, no hay uno solo que haya
tomado las mejores opciones ni siquiera el que me ama.
Pero ¿quien podría ser yo o quien sos vos para juzgarles y señalarles
la humanidad, acaso sacaré al ebrio de su enfermedad o a la prostituta que cada
noche llora en silencio en la cama de un extraño, se sentirá amada si la
critico, volverán todos ellos a encontrarle un sentido a la vida?
Termino diciendo esto: si a vos no te hacen daño no les escupas
desprecio.
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