Para comenzar con esta pequeña crítica voy a dar de bofetadas a mi propia vida, es normal para alguien que no conoce de Dios maldecir, criticar, insultar y restarle valor a las personas que le rodean pero que decir de "un cristiano".
Todos suponemos que un cristiano hace las cosas de la mejor manera porque su nombre deriva de Cristo, sinónimo de excelencia; sin embargo YO en lo personal he sabido comportarme como una verdadera perversa y mundana, fuerte verdad?
Si, lo acepto me he dejado dirigir por mi temperamento, por mi ego orgullo y vanidad aun sabiendo que esto está mal me dejé dirigir por la carne.
Dios me dio discernimiento por lo tanto no puedo hacerme la tonta en cuanto a distinguir el bien del mal, pongamos como ejemplo una relación amorosa, sabemos que hay cosas que están fuera de las leyes de Dios pero nos dejamos llevar por la "pasión" del momento, esto está mal claro pero si eres un verdadero hijo de Dios esto te afectará tarde o temprano.
En fin, después de todo soy humano y fallo pero se falla una vez la próxima vez es por gusto, por placer de tropezar con la misma piedra una y otra vez, enamorada de la piedra.
Dejaré de hablar de mí y cometeré el pecado de generalizar, hay "cristianos" si entre comillas, que como dice el titulo son de dos caras, la iglesia es su lado blanco, su lado de bondad pero al salir de ese lugar su mente y rostro se transforman completamente dando un giro de 180º convirtiéndose en alguien completamente distinto.
Aclaro que no todos son así pero creo firmemente que cuando una persona es genuina es notorio en su rostro, en su hablar, en su caminar y en todo acto diario. Resulta normal para alguien que no conoce a Dios y sus normas el comportarse como cualquiera es decir ser un mentiroso, blasfemo, ladrón, fornicario, adultero y tantas cosas más pero para un cristiano??? Nah, JAMAS! un cristiano "verdadero" "ejemplar" nunca haría tales cosas o si?
Es tiempo de ser lo que el Señor anhela de nosotros, recordemos que él conoce nuestros corazones.
Y dijo al hombre: He aquí, que el temor del Señor es la sabiduría, y el apartarse del mal, la inteligencia. -Job 28:28